viernes

Invensible.



Y aquí sigo buscandote en pechos desconocidos
tratando de mitigar mi dolor con besos y caricias
No he negar que esta siendo mas difícil sacarte
de mi lado izquierdo, ¿Que hiciste?.

Aunque este tropiezo me haya dado en la madre
sé sinceramente que no me voy a suicidar,
entre mujeres y alcohol saldré de nuevo triunfante
Empero tú seguiras tu misma mentira.

Recuerda que nadie me procura,
aunque parezca solo y triste, seguiré feliz
por que pase lo que pase, no volveras
a tener ningún chance conmigo.

Yo seguiré sufriendo creciendo y escalando
conquistando mujeres a mi paso, pero
algo si te prometo, es no volverme a enamorar
jamás volveré a tratar de dejar todo por alguien.

miércoles

Corazón coraza

- Pon tu mano aquí
- ¿Que sientes?
- Nada,
- ¡exacto!
-¿Por qué no tienes corazón?
- Porque hace mucho lo deje de necesitar.
- Adiós
- ¿Te marchas?, ¿así?, sin decir nada.
- No quiero que pierdas tu tiempo y me hagas perder el mío.

martes

pequeña demonio


Pequeña demonio
que por tu culpa me he escapado
del paraíso para subir en tus muslos
que por tu mirada me he tirado
del puente mas alto sin temer caer.

Pequeña demonio
Has logrado tirar este muro
de cemento y grava con un beso
que hablando en susurro
mi lado izquierdo te dío acceso

Pequeña demonio
Me tienes en contra de la pared
tiraste mi somos por un amor incondicional
Me has atado a tus ojos y a tu cintura
pero por sobre todo a tu amor.

viernes

Estados de Animo.








Cosas sin sentido pero de buen gusto I











Musa




Una musa es aquella dama que te insipira
son capaces de hacerte sentir el rey del Universo
o un indigente mendigando amor
Sientete afortunada de haber sido mi musa.

Una musa que deja de serlo, siempre queda
colgada del lado izquierdo, aunque su aroma
se pierda en el viento, y es mejor dejarlo
viajar libre y no tratar de retenerlo.

Cuando le dedicas tu vida a una musa
le regalas parte de tu alma, de tu ser
de tu esencia y absorbes su inocencia
te quedas clavado en una ilusión.

Hay musas para todos y poetas para todas
hay musas por las que matamos
hay otras que nos matan de amor
pero siempre morimos por ellas.

Pero todo tiene fecha de caducidad
y la tuya ya expiró, pero no estes
triste, sé que habrá otro poeta que dará
su todo por tener una migaja de ti.

miércoles

Unica vez.

Ella era una criatura que estaba sentada en la barra, cabello negro, liso casi le llegaba a la cintura, vestida con unos jeans, botas negras y una blusa morada, no hacía nada mas que estar viendo el partido del Real Madrid contra el Barcelona, no hablaba y solo se dedicaba a beber un poco de vez en vez, nadie en el bar se atrevía a hablarle pero todos no le quitaban la mirada de encima, no se podría decir que le gustaba llamar la atención por que no coqueteaba con nadie. Eran como las ocho de la noche, hora en que Raúl pasaba a ver y tomarse un trago después de su día laboral. Al entrar él no se percato de que quien era su compañera de junto, solo le pidió a Antonio una cerveza en botella sin destapar. Antonio no tardo nada en dejarsela en la barra y se fue a atender a otros clientes.
- ¿Quien juega? - Pregunto él
- El Barça contra el Real Madrid - respondió ella aunque él no le había hecho la pregunta directamente a ella.
- Gracias y ¿A quien le vas? - Ya preguntandole directamente.
- El Barça es mucho mejor equipo ahora - sin dejar de ver el partido.
- En eso tienes razón, pero no me has respondido - dandole un trago él a su cerveza.
- Al Barcelona - volteando a mirar solo un segundo a quien le preguntaba y su mirada busco al cantinero para pedirle otro trago.
- ¡Antonio!, un whisky del 84, irlandes con dos hielos por que pierde el buqué - ganandole la palabra Raul a aquella señorita que tenía a un lado.
- ¿Cómo sabías que estaba pidiendo wisky? - mirandolo fijamente.
- Por el vaso, por eso me gusta venir aquí, te sirven la bebida como debe ser, ¿No te has fijado? - sonriendo sarcasticamente Raúl. Antonio se apuro a servir el trago, lo dejo en la barra y se fue.
- Gracias, aunque este trago vale algo y no podré aceptarlo. - sonriendo por el gesto de aquél hombre.
- Por favor aceptalo - replicaba él - Por cierto me llamo Raúl - estirandole la mano
- Mucho gusto Raúl, yo me llamo Sol - tomandole la mano - Bueno, ¡Salud! - y chocando sus vasos le dieron un fuerte sorbo a la bebida. Como siempre Raúl hacía las preguntas e invitaba otro vaso del mismo wisky -Creo que ya sé por donde vas Raúl, este es tu plan... primero me hablas para que todos vean que eres el hombre alfa aquí, después no has dejado que se vacié mi trago, después me dirás "vamos a un lugar mas tranquilo" y en tu casa me dirás si quiero pasar la noche contigo, ¿Cierto? - Ella hablaba serio, pero esa sensualidad de sus expresiones y la inocencia que irradiaban esos ojos tornasol, hizo reír a Raúl.
- De hecho no pensaba eso - Raúl ya llevaba cuatro cervezas, la misma cantidad que su compañera - pero es un buen plan, pero todo hay que mejorarlo, ¿no te parece?. - Llamo a Antonio y le pidió que pusiera una canción "Don't know why de Norah Jones" le pidió también que arreglara la terraza, solo como él sabía hacerlo y que no mandará a nadie. Antonio no tardo ni cinco minutos en regresar. Discretamente se acerco al oído de Raúl - Todo perfecto señor - Él como todo un caballero, le tomo la mano a la pequeña dama, ella se dejo guiar y juntos pasaron por una puerta, atravesaron la cocina, y tomaron unas pequeñas escaleras que daban a la azotea del bar, la vista de ese lugar era sencillamente mágica, podía verse el colorido de la ciudad en un punto donde pareciera que eran los únicos dos en la ciudad y alguien se dedicaba a pintar con luces la ciudad.
- Que bonito lugar - exclamaba ella
- Todavía no has visto nada - le respondía él, Antonio que los había seguido hasta ahí, encendió unas velas en la mesa y otras que estaban en la terraza, dandole un toque de película a ese momento, encendio unos altavoces y comenzó a sonar música soul. - Ahora si, esta completo - le decía con una pequeña sonrisa.
- Me has sorprendido - sonriendole y como por reflejo se aferro al brazo de este, él por impulso mas que por otra cosa recargo su rostro sobre su cabello pudiendo olerlo.
- Lamento interrumpir señor, ¿Gusta que les traiga algo de comer? - comentaba Antonio
- ¿Que se te antoja? - preguntandole Raúl a su compañera.
- Dejaré que me sorprendas - volteandolo a ver, fue en ese mometo en que él se percato que sus ojos cambiaban de tonalidad.
- Si, Antonio, traenos, unos canapes de queso de cabra bañados con mejillones, jamón serrano y unos jitomates cherry rellenos de cangrejo, por favor, también traenos una botella de Malbec del 98 - Sin esperar mas Antonio salío de la terraza dejando solos a Raúl y a Sol. Ambos estaban así inmobiles, ella abrazada del brazo de él, y él recargando su cabeza sobre la de ella.
- por cierto llevamos dos horas hablando y no me has dicho cuantos años tienes - haciéndole la pregunta lo mas cercano a al oído.
- No te preocupes eres mas grande que yo - él pudo percibir una pequeña risa acompañada de una ironía en su respuesta. - Tengo diecinueve años... pero sinceramente no me importa la edad, creo que en eso no se debe gobernar - Esto se lo decía tan cerca que dos centímetros mas y podían darse un beso, ella cerro los ojos esperando ese momento, pero él se quedo en la misma posición, hasta que volvió Antonio con la comida. Sol, se sintió un poco desilusionada por el hecho que Raúl se negará a darle el beso, este no hizo nada y al contrario, comenzó a hacer un ambiente mas tranquilo, mas confortable para ella, durante la noche hablaron de todo, de la universidad, de los viajes de Raúl, de los viajes de Sol, de que les gustaba hacer, así pasaron las horas, él no dejaba de mirar su risa y sus facciones de niña, ni quitar su mirada en su tan expresiva mirada con esos ojos. Tal vez el destino estaba coagulando una nueva historia o algo con un cierto toque de importancia en la vida de ambos. O tal vez no era nada, pero estaban gozando el momento. Así pasaron las horas, de vez en cuando se paraban y se asomaban por la terraza, veían pasar los carros o él le mostraba quien trabaja en cada edificio. Ella se ponía a jugar en el borde de la terraza, preocupando a Raúl de que se resbalara y cayera...


Tal vez esta situación jamás hubiera pasado si Hector hubiera tomado su tiempo libre para comprar las flores que tenía planeado comprarle a su novia por su tercer aniversario, pero prefirió hablar con sus amigos de la universidad sobre el proyecto, y perdió la clase de finanzas por salir a comprar las flores, ya en el local estaba indeciso por cuales llevarle, aunque no escatimo en nada, no sabía cual le sorprendería mas si el arreglo de tulipanes o el de rosas. Al fin se decidió y compro el de tulipanes, por poco rompe el arreglo por no ver que tenía los listones de los tenis sueltos, tropezando con Constantino el jardinero del Grupo Empresarial CEO quien estaba apurado por regresar con las diligencias que le había encargado su jefe, ese pequeño percance hizo que pasará una mayor tragedia. Hector regreso lo mas pronto posible a la Universidad, llegando 10 minutos tarde a su clase de Microeconomía con el profesor Gómez-Mont que era el típico profesor con un historial un poco ético y no muy bien portado con sus alumnas, así paso Hector tocándole sentarse al final del salón, pasando entre burla y sorpresas entre sus compañeros de clase por cargar el arreglo y la mochila de sus cuadernos. Al final de clase se percato que no tenía saldo su celular, para llamarle a Maria Fernanda su novia que la esperaba en su casa para ir a festejar el día en algún bar del centro. Buscando entre sus bolsillos si encontraba algunas monedas para marcarle del teléfono publico que esta en la salida del campus recordó que Sol su amiga tenía celular y era muy amiga de Maria Fernanda, este pidiéndole su teléfono prestado le marco a su novia y quedaron de acuerdo, el se despidió contento por la sorpresa que le esperaba en la noche a Maria Fernanda, pero no tomando en cuenta que el celular de Sol ya estaba en reserva de su pila, al terminar este de hacer su llamada, se acabo, poniendo en aprietos a Sol por que esperaba la llamada de sus amigas que habían quedado de verse en algún bar del norte de la ciudad donde iban a tomar un café o algún trago, siempre iban al mismo bar "El castillo de If" porque era un bar exclusivo. Sin saber la hora en que se reuniría con sus amigas decidió ir sin saber que ellas tratándola de localizar para decirle que se cancelaría por que varias de ellas no podrían ir ese día.

Si algo hubiera salido bien ese día. Si hector hubiera ido en su hora libre a comprar el arreglo o si Constantino no hubiera salido, o si se hubiera amarrado los listones de los tenis, o si hubiera tenido monedas para marcale o si Sol hubiera salido antes o si Maria Fernanda hubiera le hubiera marcado a Hector o si Sol tuviera cargado su celular. Esta historia hubiera terminado como se esperaba, pero el caso fue que gracias a Hector... Sol y Raúl se conocieron. Esto sin darse cuenta ellos. Así es el camino de la vida, llena de coincidencias y casualidades.

Ya pasaba de las 3 de la mañana y el frío no se hizo esperar, él se quito su abrigo. - ¿Quieres que nos retiremos? - preguntandole susurrandole en su oído
- ¿A donde iríamos? - preguntaba ella
- Tengo un departamento a las afueras de la ciudad
podría sacar mi mejor vino, y llevarte a mi terraza compararía tus ojos,
con las pocas estrellas que veamos antes del amanecer.
Después te invitaría a dormir, te dejarías desnudar sin objetar
solo viendo como con mis manos deslizo tu vestido por tu cuerpo
y yo me quitaría mi camisa, así desnudos nos meteríamos entre
las cobijas, pero no te haría el amor, pero mis caricias serían tus dueñas
y no dejaría de reír, gozar y tenerte a mi lado, platicaríamos de todo lo
que nos ha pasado.
En la mañana, me despertaría antes que tú y te prepararía el café
y sé que me dirás que ha sido tu mejor noche y que te gustaría repetirlo
yo solo te daría un beso y te respondería "No te vayas". 

Ella se quedo callada, no supo que decir - O si prefieres puedo llevarte a tu casa y me marcas si quieres volver a salir. Ella volteó a ver de nuevo la ciudad su corazón no sabía que hacer si aceptar que la llevará a su casa o dejar que el destino decidiera. - ¡Esta bien vamos! - Respondiendo era obvio que había decidido. Raúl saco unos billetes y los dejo sobre la mesa donde estaban. Cruzaron la ahora abandonada cocina, ella lo detuvo y regreso corriendo a la terraza, él fue trás ella, cuando por fin subió las escaleras y entro a la terraza, la vio en la esquina de la terraza, se detuvo un momento. La vio tan fragil, tan delicada y tan sensual en la pose en que estaba que solo paso a paso sin tanta prisa el se acerco a ella, justo a un paso de distancia, se detuvo.
- ¿Van dos beses que me niegas?, ¿Que pasa? - pregunto la pequeña dama.
- Nada, no quiero echarlo a perder, vamos paso a paso. - abrazandola de nuevo, como queriendo absorber su esencia, bajando la cara y ella poniendo la suya sobre su hombro, poco a poco se comenzaron a separar sus rostros buscando ese beso que por una u otra no se había dado, el con su mano detuvo el rostro de ella y lo dirigió a él, ella solo se dejo guiar. Y así por fin llego.
- ¿En serio tienes una vista bonita desde tu departamento? - pregunto ella después de un rato de estar abrazados.
- No tienes ni idea, se ve la ciudad entera - respondió él, soltandola para irse.
- ¿Llevame si? - pidiendole el favor con un último beso en aquella terraza.

Así volvieron a recorrer, la cocina y saliendo de nuevo al bar, ahora estaba obscuro, ni un alma había en ese lugar, Raúl encendio las luces y detrás de la barra saco las llaves del negocio y tomandole la mano a Sol salió del bar. Ella estaba un poco desconcertada por la situación. Salieron y él cerro de nuevo el negocio, en la calle siguiente ahí estaba su Audi R8 plateado.
- ¿Por qué te dejaron las llaves del bar? - pregunto ella por que sabía que siempre sacaban a todos del bar a determinada hora.
- Porque es mío - Respondiendo sin dar tanto alarde, abrió y encendio el auto a distancia y abriendole la puerta a ella para que entrará.

Recorrer la ciudad a esa hora no era difícil y en menos de 20 minutos estaban entrando al fraccionamiento "La Concordía". Agustín como siempre ya esperaba en la entrada para estacionar el carro y abrirle la puerta a Raúl, al percatarse que venía acompañado regreso a abrirle la puerta a la Srta. y Raúl salió por su lado, sin mas Agustín se fue y Raúl volvió a estirarle la mano para que lo acompañara a su departamento, en el elevador no tardaron en llegar mas besos hasta llegar al piso 32 donde vivía Raúl. Al abrir la puerta ya lo esperaba Zeus su perro y Sanson estaba acostado en la sala. Sol no dudo en acaricira a Zeus un Gran Danes arlequín y celoso por las caricias Sanson un Mastín Ingles se acerco, él la dejo un rato y encendió tenue las luces que daban a la pared de piedra volcanica y las luces que daban a sus cuadros, encendió su stereo y como si supiera el destino sono "She is the one de Robbie William" acomodo su cartera, su iPhone sobre la mesa que daba a la cocina, notando que tenía 10 llamadas perdidas, sin darle importancia busco dos copas y regreso con Sol que estaba viendo sus cuadros y las artesanias indus y africanas que decoraban su departamento.

- ¿A que te dedicas? - pregunto ella con cierta incertidumbre y admiración.
- Soy inversionista y empresario - tomando un pequeño control que tenía en la sala abrió las cortinas que dejaban dar la vista que tanto le presumió.

...FIN...