- Hola Raul, benvenuto a Roma - Lo recibía un señor de avanzada edad en la sala de espera del aeropuerto, vestido con un traje de diseñador, un abrigo negro y un sombrero, acompañado de dos tipos también bien vestidos, mas altos y mas fornidos que Raul y obviamente que el señor - Benvenuto a tu nueva vida Raul... -mientras le daba un fuerte abrazo y dos besos en cada mejilla. - Aquí aprenderás a vivir, estudiarás y sobre todo sabrás vestir como un hombre no como un .... vagabundo - Raul solo se sonrojo y miro su vestimenta, zapatos un poco sucios y regalados por un amigo de él. su traje arrugado y viejo, la camisa tanto el blazzer eran de segunda mano. Fue ahí donde él se dio cuenta que a partir de ese momento debía empezar de nuevo.
- Ok giovanni, lo primero que hay que hacer es ir a comer, debes estar muriendote de hambre - El viejo abrazaba a Raul mientras iban por sus maletas. - ¡Vicenzo, Giuseppe vayan por las maletas! - Todo esto lo decía en italiano su nuevo maestro de vida - Raul, de ahora en adelante la vida que llevarás será totalmente distinta a la que viviste en México, te darás cuenta por la cultura, la idiosincrasia, el vestido y el estilo de vida de la cultura romana, Don Rodolfo me habló cosas muy buenas de ti, por eso acepte tomarte y enseñarte todo lo que sé, esperando que pronto seas mejor que yo - Raul solo podía mover la cabeza en forma de afirmación estaba totalmente perplejo del estilo de vida de aquel viejo... Don Alejandro, estaba totalmente claro hasta donde llegaba el poder de su padrino y estaba agradecido por la nueva vida que él le había otorgado. No tardaron mucho Vicenzo y Guiseppe en recoger las maletas, dos en total y ponerlas en la cajuela de Mercedez Benz 58, la primera parada fue a la "Taverna dei Quaranta".
Raul estaba que no podía creerselo, dos días antes de su cumpleaños numero 18 no se había alejado mas de 10 km de su barrio y ahora estaba a dos calles del "Coliseo" como todo buen aprendiz de esta gran hermandad sabía perfectamente que no podía cometer imprudencias y que habría otro día para poder visitar aquella Maravilla, aunque sus ojos al salir de la taverna no pudieron evitar que la mirara. - Casi se me olvidaba bambino - Sacando el viejo Don Alejandro, de su abrigo un sobre - Aquí dentro encontrarás los papeles de la universidad "Pontificia Universitá Urbaniana" donde estudiarás negocios, nos urge una persona que sepa mover nuestro dinero de una forma por decirlo mas claro legal... - Don Alejandro desde ese momento puso a prueba la confianza o trato de que se equivocará Raul con un descuido o falta de atención, era claro que era escéptico a lo que había hablado con Don Rodolfo y quería calarlo un poco, pero Raul no se inmuto - ...también encontraras las llaves de tu automóvil y las de tu apartamento, mil euros para que puedas empezar y una tarjeta donde me hablarás si te hace falta dinero o cualquier otra cosa, te tengo que advertir Raul... - Cambiando radicalmente las facciones - al aceptar este sobre, estas poniendole fin a tu vida pasada, a partir de que aceptes esto, no tendrás mas familia que nosotros, no tendrás mas amigos que nosotros, volverás a nacer, olvidarás en donde naciste y a partir de que pises solo esta ciudad, habrás nacido de nuevo, esta oportunidad es única, maravillosa y no puedes darte el lujo de cometer errores, te advertiré enano un error es dinero perdido, un error es una muerte, un error es una vida, un error no se perdona, no lo perdonó - dijo el viejo tomando una posé realmente amenazadora pero sin dejar ese tono de voz sutil contra un niño que tenía dos días de ser hombre - Acepto Don Alejandro - sin titubear respondió Raul -Bueno, cambiando de tema ¿Como esta el viejo roble? - refiriendose a Don Rodolfo y volviendo a reír como si lo que hubiera dicho anteriormente no existiera. Hablaron mas que nada sobre la vida, salud y los negocios de Don Rodolfo, sobre su familia, sus hijos y el viejo se sintió un poco avergonzado al saber que el único hijo de Don Rodolfo había decidido ser homosexual y por la misma razón su "compadre" lo saco del negocio familiar, abriendole la puerta a tan maravillosa vida a Raul.
Vicenzo se estaciono en "Giardino degli aranci" o Jardin de las naranjas... típico de la mafia italiana de dar un buen augurio a este estilo de vida. El que bajo abrir la puerta fue Giuseppe a una calle del río Tiber y a dos calles de donde estaría su nuevo techo. Con muy mal español giuseppe le indico hacía donde tendría que ir -"Cruzar río, due calles Vía Dei Salumi, numero 39, ahí es il tuo appartamento" - Giuseppe abrió la cajuela, saco sus dos maletas cerro la puerta trasera y se subió sin voltear a ver a Raul, el carro no avanzo ni 2 metros cuando escucho "¡Benvenuto alla tua nuova vitta!" era aquel viejo que se despedía, sin saber cuando lo volvería a volver a ver.
Raul abrió una maleta metió el sobre no sin antes checar que todo lo que dijo el viejo fuera verdad y ya cerciorado lo guardo. Camino hasta el puente solo diciendo a las personas que pasaban "Vía Salumi" y se fue guiando con puras señas, en ese momento no pensó como sería su casa, que coche le dieron, como sería mañana cuando se presentará en la universidad. Nada, no se pregunto nada, lo único que deseaba y si esperaba con ansias era que el lugar tuviera una cama. Sinceramente no lo habían dejado tan retirado de donde estaría, fueron vente minutos caminando. Al llegar ya no podía esperar nada mejor, lo primero que hizo al entrar fue buscar la cama ¡Si había!, ya tranquilizado bajo al garage para saber que coche le regalaron, no esperaba mucho - Que puedo esperar de alguien que no me conoce - mientras quitaba el protector de auto. Su asombro fue y lo demostró gritando un Alfa Romeo Brera...
- Si la vida quiere que siga así, lo aprovecharé - Pensó al encender el coche y ver que tenía tanque lleno, lo apagó, se dirigió a la cocina... estaba llena de comida, agua embotellada, cervezas, sodas, abrió los estantes, repleto de comida, cereales, especias, de todo encontró. Sin pensarlo abrió una botella de agua, checando cada habitación del departamento, un mini estudio, una habitación con aparatos para hacer ejercicio y su habitación, abriendo el armario encontró playeras Dolce & Gabbana, camisas Ermenegildo Zegna, trajes Hugo Boss, todas de su talla. Se dedicó a abrir cada gabeta de su habitación y cada una de ellas tenía cosas que jamás pensó tener y de un segundo a otro se detuvo como si algo lo hubiera paralizado - No he ganado nada, estoy a prueba, de hecho soy la marioneta de él y de varios mas, aprovecharé todo, pero pronto seré mejor y tendré mas que ellos, estaría idiota si me conformo con esto - mientras tomó un sorbo de agua, encendió la laptop que vio incluida en el estudio, saco de su maleta los papeles de la universidad y checo su horario, por suerte suya estaba en varios idiomas, aunque en ese momento empezó a aparentar ser antes de ser y todo lo leyó en ingles. Lleno los datos que faltaban para su inscripción total, como por instinto después de eso, fue saber que rutas serían las mas seguras para llegar de su casa a la universidad, que rutas alternas podía tomar y en que forma si había algún altercado podría huir en lo que pedía ayuda a Don Alejandro.
- Ok! veremos si es verdad que las mujeres italianas son las mas hermosas - al ver que eran las 7 de la noche, por la juventud y las ganas de conocer, no se demoró mas de 10 minutos en la ducha, abrió su armario... pantalón negro, camisa blanca abierta sin corbata, chaleco negro, mancuernillas doradas, zapatos armani y sombrero - Los accesorios hacen al hombre - desde ese momento el sombrero fue parte fundamental de la vestimenta de Raul, bajo, abrió el garage, encendió su auto y salió, en menos de lo que giraba para poder salir, dos italianas le sonrieron.
Sin demorarse mas de 20 minutos llego a la entrada de lo que a partir de ahora sería su nueva Universidad, mientras manejaba sin dejar de pensar mentalmente en las rutas que había predicho no sé dio cuenta y casi atropella a una chica.
- Stronzo! - dijo la chica asustada y molesta por que si le alcanzo a pegar el carro
- Sorry, please! - parando y bajandose del auto inmediatamente Raul, la ayudo a levantar los libros que se le habían caído a la chica - please, How i can help you? - dijo Raul
- don´t worry, please just look at where you go, where are you from? - la chica se percató que Raul no era ni italiano, ni ingles
- México - respondió Raul que para ese entonces todavía era virgen y sabía de mujeres como sabía de Italia
- jaja, yo soy de también de México, de Cuernavaca, ¿Conoces? - Dijo aquella chica tez blanca, delgada, de cabello lacio y negro
- No, nunca salí de la ciudad de México - dijo Raul un poco apenado por su falta de conocimiento y estaba realmente nervioso por tratar a una mujer.
- jaja, ¿Como te llamas? - le pregunto la chica a Raul - eres un chico raro, lo sabes, ven te invito un café, pero queda un poco retirado, ¿te parece si vamos en tu coche? - mandaba mas que proponer sin dejar de sonreír por el sonrojamiento de aquel chico que casi la atropella.
- Ok, pero es mi primer día aquí y no sé como moverme, pero si no te parece atrevido podemos ir a mi casa, tengo agua y refrescos - propuso Raul
- ¡Mi vida!, es la proposición mas tierna para llevarme a casa de un hombre - soltando una carcajada - ¡Esta bien, vayamos!
- Por cierto me llamo Raul y tu -
- Andrea, mucho gusto Raul.-
Ambos se subieron al coche y ahora mas precavido Raul regreso a su departamento no sin antes perderse 10 minutos para encontrar su departamento.
- ¿Seguro aquí vives? - le dijo Andrea, al ver que Raul no sabía que llave era para entrar al apartamento.
- Si! espera es esta! - Sonrió Raul y dejando pasar primero a su primer y nueva amiga.
- ¿Seguro aquí vives? - volvió a repetir la pregunta ahora por ver el departamento
- Se puede decir que si, me la prestaron pero aquí viviré hasta terminar la universidad - apenado respondía Raul
- Debe ser alguien importante o hijo de alguien importante, como sea! - pensó para si misma Andrea
- ¿Que te ofrezco?, - le preguntaba Raul a Andrea mientras abría el refrigerador - Te dije que tengo un día aquí, la verdad no sé bien donde esta todo.
- Lo que sea, agua, soda, cerveza, ¿tú tomas Raul? - preguntaba Andrea esperando una negativa a su respuesta.
- No, la verdad nunca he tomado - Respondió Raul.
Andrea supo desde un principio como apenar a Raul, y le tocaría a aquella chica ver el cambio de Raul, de chico tartamudo frente a una chica, hasta el tipo que con solo una cerveza y un hola, llevaba a cualquiera a su cama.
- Tal parece que eres inexperto en tratar a niñas - viendo que Raul prendía el televisor en un programa de deportes.
- La verdad nunca me fije mucho en eso o me dio la curiosidad de tener novia - finalizaba Raul
- No puede ser!, por que no me di cuenta antes! - Exclamaba Andrea sorprendida y ahora avergonzada
- ¡Que pasa!, ¿Por que te pusiste así? - No sabía que hacer Raul por la explosión que hizo Andrea
- Siempre me pasa, o son casados, o tienen novia o son gays!, ¿Eres gay, verdad Raul?, No es posible que tengas ese carro, no podrías pagarlo, mira como vistes!, mira tu casa! esta impecable, además te la prestaron, ¿debió ser tu amante o pareja?, ¿cierto Raul? - le reclamaba Andrea, levantandose abruscamente para buscar su bolso y sus libros.
- Noo! no soy gay, te lo juró - respondía Raul, - pero por favor podemos cambiar de tema, ¿Estudias en aquella Universidad?
- Si - respondía seriamente Andrea, no tan convencida de su respuesta
- Yo empezaré mañana, estaré... en el edificio B - corroborando en su hoja que tenía
- Área de negocios y ventas - dijo Andrea - Yo estudio comercio internacional, seremos compañeros de Edificio y llevo un semestre aquí, de hecho vivo a cuatro calles de la universidad.
- Excelente, mañana podemos desayunar juntos o almorzar si lo deseas, yo invito - sonriendo le preguntaba Raul.
- Raul te haré una pregunta ¿Sabes italiano?, en esta escuela todas las asignaturas son en italiano, ¿supongo que lo sabías? - preguntaba Andrea
- No, no sé - Respondió Raul
- ¿Cómo le harás? - desconcertada estaba Andrea al saber que no aceptaban a cualquiera y mucho menos que no supiera hablar italiano, estaba comenzando a dudar de la sinceridad de Raul.
- No lo sé, mañana veré como - Tranquilamente le respondía a Andrea.
- Sabes no sé si te llames Raul, si esta casa sea tuya o te la hayan prestado, si estudiarás donde estudio, no sé nada de ti, por eso mejor me marcho, gracias por la botella de agua - Andrea se levantaba, mientras se acomodaba su bolso y sus libros, Adiós Raul - fue lo último que le dijo.
- Deja acompañarte - replicaba Raul
- No, no te preocupes, ya conozco el camino - un poco molesta salía Andrea de aquel apartamento.
- Ok, ¡nos vemos mañana! - mientras seguía por detrás a Andrea y fijarse bien que taxi tomaba y aprenderse el número de serie del mismo.
- Que rápido paso el tiempo - al ver que era casi las 11 de la noche.
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Al día siguiente a las 7 de la mañana Raul ya estaba en la entrada de la Universidad con su mochila sin decir nada por la advertencia que le había dado Andrea la noche anterior.