Café.

Ahí estaba ella de nuevo en la misma mesa del mismo café que visitaba cuando todo iba mal.

- ¿Otra vez mal, pequeña? - Dijo él, jalando la silla que estaba enfrente de ella, esta vez no le correspondía el lugar de la derecha.

- Hola Raul, ¿Cómo has estado? - Dijo con una sonrisa que no podía cubrir la tristeza que tenía enterrada en lo mas profundo de su ser.

- Siempre estoy bien, ¿Acaso lo has olvido? - contesto de forma natural - pero, tú no lo estas. ¿Quieres contarme?. - en el momento en que dejaba su celular, cartera y sus cigarros sobre la mesa.

- No tengo nada, solo estoy pensando - tomando un cigarro de Raul.

- Esta bien Mariana, hay veces en que uno mismo encuentra la solución para los problemas que llegamos a tener - estiro su mano para prenderle fuego al cigarro que había tomado.

No tardo mucho el celular de Raul en sonar, sin temor a que pensara Mariana, respondió era su actual pareja, mientras él hablaba Mariana dibujaba cosas sin sentido con el humo del cigarro.

- Pequeña, debo dejarte - disculpándose por la falta de respeto que estaba haciendo - Pero tengo un compromiso -

- No te preocupes Raul - haciendo esa mirada que denotaba tristeza interna que él conocía muy bien. - Estaré bien -

- Sabes que te llevo aquí - señalo su corazón y un pequeño beso fue el despido de dos personas que sellaban su amistad.

Raul salió de la cafetería sin voltear atrás, Mariana no lo vio salir, simplemente se limpio una pequeña lagrima que brotaba de su ojo.