- Hola Raul, ¿Cómo estas?
- Muy bien gracias (algo indiferente le respondió y su mirada buscaba algo)
- ¿Puedo preguntarte algo? ¿Por que hiciste eso?, fue gracioso Raul, nadie o mas bien muy pocos pueden burlarse de mi. Tienes realmente suerte de que seas mi favorito por que si otro fuera, sabes muy bien donde terminaría esto - La cara de aquel hombre comenzaba a transformarse, le saltaba la vena de la cien, los ojos comenzaban a enrojecer y empuñaba las manos como queriendo golpear a alguien.
- ¿Que haces aquí?, o ¿harás un show? - comentaba Raul, con mucha frialdad.
- Ja, vengo a resolver un asunto con mi socio, tenemos que ponernos de acuerdo sobre ciertos detallitos que andan quitandonos ciertas ganancias y ya sabes que aquel tipo es muy especial en eso de los lugares donde vernos.
Raul entendía perfectamente de quien se refería y sabía que hoy sería un día complicado, el podía presentir la nerviosidad de aquel hombre en la forma de hablar y por la forma en que su cuerpo reaccionaba a las preguntas. Recordaba el primer momento que vio ese suceso (Nunca sabía el por que estaba involucrado de una u otra forma siempre estaba ahí). Raul sacaba un cigarro y le ofrecía otro a aquel hombre cuando del fondo del café de la plaza venía una mujer... esto lo supo por la reacción de su compañero.
- Pero que belleza, sería lo mejor que ha estado en mi cama!. Ya puedo oler su sexo, ¡voltea Raul!, ¡voltea!
- ¿Te gusto? amigo, ¿Adivina? es mi mujer y precisamente gracias por avisar. Nos vemos - Aunque ya era tarde Mariana se encontraba justamente atrás de Raul.
- Raul, ¿No nos presentarás? respondió Mariana al regresar del tocador y ver a un hombre tan formal y bien vestido, platicando con su novio.
- Mmm... es difícil presentar a alguien a quien no sabes si considerar tu amigo o tu enemigo.
Aquel hombre se levantaba de donde estaba y le ofrecía el lugar a la dueña de aquella sillita.
- Cuenta Mariana, ¿Qué le viste a Raul?... hay! como me encanta saber de esto - Lo exclamaba aquel hombre con un énfasis que sucumbía a Mariana. - Por que una mujer como tú, puede tener a cualquiera, ser de cualquiera y poner a cualquiera...
- Creo que es suficiente, no?- Reclamaba Raul - Vamos Mariana, tenemos cosas que hacer en casa y él tiene asuntos que atender.
- Pero amor, no es de mala educación dejar a tu amigo así, ¿Y como supiste mi nombre?
- ¿nos vamos...? - Raul no disimulaba su molestia de tener a aquella persona sentada junto a ellos. Ya le había sucedido con anterioridad y lo que menos deseaba Raul era exponer a Mariana a aquella amistad.
- Raul me ha contado tanto de ti, pero quiero oírlo de tu propia voz, quiero saber como este par de enamorados están juntos -
La forma de hablar de aquel señor era tan cautivadora y seductiva que Raul veía delante de sus propios ojos como Mariana comenzaba a rendirse ante él, veía como comenzaba a explicarle lo del congreso y como Raul le hablo, como no pasaron horas antes de que estuvieran compartiendo la cama. Era algo que no cualquiera podía eludir, mentirle a quien invento las mentiras. Aunque Mariana notaba que decía cosas que no deseaba decir, pero no podía controlar lo que salía de su boca.
- Amor, quieres un cigarro - fue la única forma de quitarle la atención de aquel hombre que reía de una forma maliciosa.
- Si bebe, gracias - respondió Mariana
- Mesero, podría traernos la cuenta - dijo Raul al primer mesero que vio.
- ¡Por favor, Raul! me ofenderás si no aceptan otro café conmigo, pero permitanme debo ir a lavarme las manos, Esto de fumar pude matar, jajaja...
Hubo un minuto de silencio por parte de ambos. Mariana no entendía como pudo decir cosas que no quería decir, Raul por su parte sabía perfectamente como seguía el juego, entendía que no tenía la manera de pelear contra aquel hombre que siempre o casi siempre ganaba, sabía los trucos de cualquier juego que le pusieran enfrente.
- ¿Cómo lo conociste?- pregunto Mariana viendo a Raul directamente a los ojos.
- Es una larga historia, que espero jamás contarte. No es por que tenga algo malo, simplemente es por que no me agrada que te involucre en mis amistades.- Mariana no conocía el pasado de Raul, no conocía a su familia, amigos o algo mas allá del día en que se conocieron.
- Sabes que algún día si quieres que esto funcione debo saber todo de ti para que seamos uno solo- con ojos de tristeza y con cierto aire de reclamo comento Mariana. Raul simplemente la ignoro, su "amigo" venía al encuentro, el mesero traía el frapucchino para Mariana, el americano para Raul y el ristretto para aquél señor.
- No saben lo que es ir al baño!!!, pero ¿En que nos quedamos?.
- Hablemos claro, ¿Como te llamas? - replico Mariana ya en un tono de entrevistadora.
- Tengo varios nombres, como gustes llamarme por mi esta bien.
- Eres igual que Raul, ¿Que es de ti, Raul?, ¿Por qué nunca te menciono? (aunque raul nunca le había mencionado a nadie), ¿Cómo se formo esta amistad?.
- Wow, wow, wow... ¡Cuantas preguntas mujer!, veamos una por una, ¿Te parece Raul que respondamos una tú y una yo?...
- Ok, por mi no hay problema...
Raul ya estaba decidido a saber quien era y hasta que punto Mariana era quien decía ser.
- Empiezo - dijo aquel hombre - Raul es... como decirlo... mi alumno favorito, fue mi aprendiz durante muchos años, siempre fue a mi, para pedirme consejos, nunca para pedirme un favor, aunque de mi salio el ayudarlo cuando el otro se hacia el occiso.
- Ok Raul, ahora dime ¿Por qué nunca lo mencionaste?- comento Mariana, un poco molesta por que no entendía bien la respuesta de aquel señor.
- No lo menciono por que como te dije al principio, no sé si considerarlo mi amigo o mi enemigo, si! me ha ayudado mucho y me he aprendido de él, muchas cosas, soy lo que soy por el. Y por lo mismo que no quiero terminar como el, no lo menciono.
- No me aclaran nada!, pero sigamos. ¿Cómo se formo esta "amistad"?, por que veo que a ti (refiriendose a aquel señor, no le molestaba el tono en que hablaba Raul en su presencia y a Raul en cierta manera le divertía mofarse de el)
- Se formo cuando Raul, estaba al borde de la... Eso no tiene caso, recordarlo cierto, raul?...
- No, no tiene caso... - Raul ya estaba completamente en su pose "Alfa", aquella pose jamás la había visto Mariana. (recargado sobre la sillita, los brazos entrelazados detrás de su cabeza, las piernas entrecruzadas, la mirada fija en los ojos de Mariana y con una sonrisa apenas visible... imponia su posicion.... En cambio aquel hombre, se sentaba igual con los piernas cruzadas, las manos cruzadas sobre la mesa, con la mirada puesta un rato en los ojos de Mariana y otro escaneando su cuerpo)
- No sé por que me siento intimidada entre ustedes dos, casi como si me quisieran violar o no sé me siento incomoda....- Por primera vez Raul veía a Mariana indefensa, en cierta medida le encantaba verla así, vulnerable, se le notaba el nerviosismo.
- No te sientas así amor, tú comenzaste este juego, cierto?, ahora debes terminarlo, o lo dejamos ahí?.
- Si pequeña dama, sigue preguntando, que responderemos con verdad (mientras reía) y te aclararemos todas tus inquietudes infantiles.
- Ok, esta bien - Se acomodaba Mariana, aunque era imposible tomar una posicion de ataque ante dos grandes genios en el arte del engaño y la guerra. - Perdón, pero ¿no sé como llamarlo?
- Llamame Caín, jajaja.
- Ok, Caín... Dices que tienes tanto de conocer a Raul, ¿dime cuantas mujeres le conoces?- Mariana no sabia si realmente queria oir esa respuesta. pero ya la había dicho.
- Espera amigo, ¿Mariana, segura que quieres saberlo?
- Claro, Raul! - replíco Mariana un poco molesta, tanto por la pregunta, como por la respuesta que recibiría.
- Hermosa, solo te diré que no has sido tú la mas guapa, ni la de mejor cuerpo, ni la mas inteligente, ni la mas valiente, ni mucho menos la que le ha provocado que se venga en 3 minutos, pero para responder tu respuesta, te diría que... (volteo a ver el cafe y comenzando a contar, giro su mirada al parque y seguía contando)... Bueno Marianita, no hay aquí el numero de mujeres con las que ha estado Raul... Solo te diré que han sido muchas.
- Bastantes, jajajaja - dijo Raul riendose de forma prepotente sin quitar su mirada a los ojos de ella.
- No es para que me humilles Raul...
- Tú preguntaste, ¿cierto chiquilla? - interrumpio aquel hombre con una voz que dejo muda a Mariana. (Jamás había recibido un comentario así ni en ese tono de voz.
- Bueno amigo, dejemos que Marianita siga quitandose las dudas que llegue a tener sobre mi. comentaba Raul.
Mariana se sentía realmente mal!, tenían un sudor frio, se sentía incomoda y pero queria saber lo último. Sabía perfectamente que esta pregunta incomodaba de sobremanera a Raul pero no sabía como reaccionaría al comentarsela enfrente de aquel hombre.
- Caín, Raul me ha sido infiel, o ha sido infiel antes... - dijo Mariana casi susurrando la pregunta.
- Te diré algo chiquilla... Raul es un diamante en bruto, es un hijo de puta cuando quiere, puede ser el mejor amigo, puede sin dudarlo darte un tiro en la frente, puede ser el hombre mas frio del mundo, sin sentimientos y sin tocarse el corazón para hacer o decir algo. pero jamás y te lo diré por que lo he seguido desde que era bebe, jamás ha sido infiel, cuando te brinda su amistad, su amor, su mano, jamás la quitará y dará su vida por aquel a quien le dice "amigo" o "amor".
Mariana ya estaba un poco mas tranquila por aquella respuesta, sabía que no era lo maximo en la vida de Raul, pero que minimo jamas la engañaria con otra.
- ¿Raul, me amas? - Lo decía para oir un "te amo" de la boca de Raul, se sentía realmente feliz cuando Raul lo decía, podía casi llegar al orgasmo con esa palabra dicha por Raul.
- No, no te amo, creo que jamás te ame - dijo Raul como si le hubiera preguntado ¿te gusta el café?
Mariana casi se desploma... hubo varios minutos de silencio, aquel hombre tenía esa sonrisita de ironía como pensando "que incredula fuiste, al pensar que un hombre así se entregaría por amor". Raul, estaba inmutado, seguía con la misma pose que cuando empezo la "entrevista" y termino con un ¿podrías dejarnos platicar?, tenemos un asunto que atender.
Mariana aún si saber como tomo su bolso y se fue, ambos tanto Raul, como Aquel hombre, veían a Mariana irse como esperando cierta distancia para comenzar a platicar.
- ¿Cómo estas viejo amigo?, Gracias por venir!, pense que jamás llegarías.
- ¿Cuando te he fallado Raul?... aunque no me gusto nada la forma en que me engañaste.
FIN.