- ¿Me hablas a mi, enano? - comento Raul volteando a ver a un niñito sentado a su lado en la misma banca del parque.
- Siii! - mientras el niño lo miraba
- Claro que me he sentido solo, muchas veces en mi vida - le respondió Raul.
- Es que hay veces que me siento solo, no tengo amigos, en mi escuela no hablo con nadie, y hay veces que hasta mis hermanos mayores, me ignoran. - dijo el niño volviendo a mirar sus tenis sucios
- Te diré algo enano... - Raul sentía que si le respondía de la misma forma que le responde a cualquiera, en vez de ayudar a sentirse mejor al pequeño, le haría un mal, en ese momento Raul estaba igual o peor de solo que aquel niño. - ... No estas solo enano, la vida es bonita, te faltan muchas cosas por vivir, por gozar, muchos caminos que recorrer, además es Navidad, esta temporada es para gozar y amar a manos llenas a cualquiera.
- ¿Tú estas solo? - el niño se había acercado a él mas... Raul no le intimidaba, ni le imponía quien era, a que se dedicaba o en que se ganaba la vida, simplemente era uno mas, un próximo mejor amigo.
- No, no estoy solo, depende como veas la soledad, por ejemplo - Raul se salio de aquella armadura que siempre portaba, su mascara de inmunidad a un lado - Es bueno estar solo... estar solo te ayuda a ordenar tus ideas, a no ser tan impulsivo con la vida, a saber que estas haciendo bien y que estas haciendo mal. Es como cuando escribes una agenda, debes poner tus prioridades y borrar los errores, encuentros ya hechos y siempre estar viendo que harás mañana - finalizando.
- No lo sé... siempre te veo caminando solo en este parque y tú ni me has puesto atención, el otro día hasta me pisaste mi carrito... - Raul volvió aquel momento en el que había terminado un negocio y estaba en la llamada para tomar su vuelo, iba directo a su casa y sin pensarlo piso un carrito y siguió adelante sin voltear a mirar de quien era o el por que estaba ahí.
- ¿En serio hice eso?, lo siento mucho - respondió Raul apenado por aquel incidente. - Te lo compensaré, cuando vuelva a verte!, si? -
- No necesitas pagármelo, con que seas mi amigo esta bien. - dijo sonriendo.
- ¡Claro! seremos amigos, de hecho vivo en ese edificio, el 801 es mi casa, cuando necesites algo y veas la luces prendidas, avisame y siempre estaré para ti - Señalando sus ventanas
- ¿Y como te llamas?, mi mamá siempre dice que no debo hablar con extraños pero supongo que si siempre te veo pasar cuando vienes del trabajo o con tus amigas o cuando sacas a tus perros a pasear y ya sé donde vives, entonces ya no eres un extraño, ¿cierto?. - dijo el niño repleto de inocencia.
- Me llamo Raul de la Roca... tú dime Raul, ok? ¿Y tú como te llamas enano?
- Xavi, pero me gusto enano. así que llámame enano - respondió el niño con una carcajada. Raul sonrió al ver que a Xavi le faltaban los 2 dientes de enfrente.
- ¡Xavi!, ¡Xavi!... ¡Ya es hora de la cena!, ¡Xavi!... - se oía de una ventana que daba al parque.
- ¡Ya me voy Raúl, gracias por ser mi amigo! - Xavi, tomo su pelota, sus carritos y se fue corriendo, en medio del parque... En cambio Raul saco un cigarro lo prendió, miraba que hora, saco su celular.
- Hola, ¿Cómo estas papa? - En ese momento xavi regresó poniéndole un carrito en la pierna - Para demostrarte que eres mi mejor amigo- dijo el pequeño... Raul solo sonrió, tomo el carrito y continuó platicando con su padre, sin dejar de mirar que su nuevo mejor amigo de 8 años se dirigiera seguro a su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario