lunes

Me importa...

Me vale que seas alta, o gorda, flaca o enana.
Que te huela la boca al despertar, o tu sentido del humor por las tardes.
Le doy importancia a nada a tu defectos físicos.
O que tu padre sea un Ogro o tu hermano un asesino serial.

No le temo al que dirán o la vecina del 13.
Sé que tienes manías que hasta a "él" le ocultas y conmigo las sacas.
O que le tienes miedo de contar tus mas privadas fantasías.
Y esa forma en que llegas al orgasmo con solo tocar ese punto exacto.

Me importa tu sonrisa y tu mirar,
me importa tu lado izquierdo y 
la forma en que sin darte permiso
entraste en mi vida y te estacionaste.

Me importa saber que estas ahí 
y que no te iras, al sentir mas.
Que nuestras cartas ya están echadas
y tenemos  todas las de ganar.

Me importa que cuando estás con "él" 
sufres y te muerdes los labios , no de pasión, sino de dolor 
al no poderle decir mi nombre
y que lloras al terminar.


Me vale con cuantos hombres has estado
o cuantos labios has besado
No me importa que duermas a la mitad
de nuestra cama

Y me importa menos cuando me ves 
con esos ojos pispirejos, simulando enojo
cuando tus labios te delatan que quieres
un beso en ese momento.



Me importa que seas tú mía y de nadie mas.

viernes

Reflejo... (borrador)

- ¿Que es lo que ven en ti que no pueden ver en mi?, ¿Por qué nunca tuve el valor de ser como tú, que no le importa dejar todo por algo? ¿Que siempre consigue lo que desea, que tiene a la mujer que desea?, ¿En que momento me estanque?, ¿En que momento me relaje en el sillón de la mediocridad y deje que pasarán los años? - Analizaba Santos mientras se ponía la crema de afeitar, sin querer despertar a Monserrat que estaba acostada, con los golpecitos del rastrillo, Santos. No era el hombre poderoso que pudiera aparentar, era un simple hombre, luchando en la carreras de las ratas, por obtener el pedazo mas grande de queso, ¿vivía bien? si, ¿Sufría de amor? no, tenía a su lado a una hermosa mujer que siempre lo animaba a seguir adelante a luchar por sus sueños, pero que carecía, carecía del carácter que toda su familia tenía, siempre fue el noble, el buen hombre, el puntual, el caballero.

- Debes quedarte ahí, ¡jamás salir!, ¡mucho me costo ser quien soy!, soy grande, soy poderoso, soy simplemente Raúl de la Roca, ¡Escúchame insecto!, jamás podrás detenerme, soy tus sueños prohibidos, soy ese por el que lloras, el que se atrevió sin dudar, no te atrevas a salir de ahí - Estaba Raúl, con las manos sobre el lavamanos, la cara empapada de agua y con solo una toalla cubriéndolo, en su habitación había una mujer desnuda, él ya había olvidado su nombre desde la primera copa que se tomaron en el bar, no necesitaba recordar a alguien, solo Sansón y Zeus eran su medio para sacar el amor que tenía.

sábado

Mariana

Eran de esos días en que no hay absolutamente nada que hacer y el día se prestaba para salir con Sansón y Zeus a pasear por una de las colinas que tenía la ciudad, llegaron... Raúl soltó a los perros, checo la hora y no tardo en sonar su celular, "¿A que hora llegarás?, quiero ir a cenar" era Montserrat. Él no le hizo caso y siguió caminando junto a sus inseparables amigos... En ese momento no había pareja, no había amigos imaginarios, no existían los problemas, no había nada ni nadie mas que sus perros y él. 

Pero no todo es risa y felicidad, de la nada como si el destino le quisiera jugar una broma macabra, de entre los arbustos salió un perro igual que Jacobo, Zeus y Sansón lo persiguieron, hasta que Raúl, con un silbido los regreso. -¡Es Jacobo!- pensaba para si Raúl, la última vez que intento verla, ella ya estaba con alguien mas, además era navidad y no era el momento adecuado. Sin querer parecer obvio y guardando la distancia, Raúl, Zeus y Sansón siguieron al perro, hasta que vieron quien era la dueña. Mariana otra vez, de todos los lugares para sacar a pasear a un perro, de todas los días del año, ella o él tuvieron que elegir ese día.

Raúl sabía que si se acercaba, tanto él como ella, tomarían una pose defensiva, hablarían de lo bien y maravillosa que la vida ha sido con ellos, y se les olvidaría sin querer nombrar a sus parejas actuales. Nadie ganaba, tal vez ese fue el éxito de su relación la competitividad de ser mejor para el otro sin nunca llegarlo a ser. Justo en ese momento y viéndola como jugaba con Jacobo, hizo un acto de estupidez humana, soltó a sus perros, inmedíatamente corrieron tras el cachorro que ya estaba mas grande... se conocían, Jacobo era el cachorro de los tres, era quien molestaba los sueños de Zeus de 7 años y quien si se desconcentraba se comía lo de Sanzón. Lo conocían de meses, era o iba a ser el primer hijo de Mariana y Raúl. Y aunque fuera un perro, Raúl lo veía como el hijo perdido en la corte del cual si quisiera podría pedirlo pestrado un fin de semana.

No pasaron muchos segundos para que Jacobo los viera y se fuera con ellos, soltando unos gritos Mariana para que regresará. Ella al ver a los perros supo de inmediato quien estaba cerca, volteó a su derecha y no vio a nadie, volteo a su izquierda y tampoco... Raúl estaba justo enfrente de ella, recargado en un árbol. Ella cubriéndose el sol que venía de frente, lo pudo distinguir, Era claro que ella no iba a ir a saludarlo, y sabía que si él no se acercaba, era por la misma razón. Ambos dejaron jugar a los perros un rato. Ella saco un cigarrillo y el revisaba sus correos. Zeus y Sansón no tardaron en buscarla, le lloraban, se volvieron locos, casi tirándola. Ella como pudo los calmo y volteó a ver a Raúl que ya estaba parado esperando "algo" para ir ayudarla.

Casi eran las seis de la tarde y no tardaría en anochecer, él sabía que ese lugar quedaba  retirado de donde vive Mariana, así que llamo a sus perros, los ató y se quedo parado en el mismo lugar. Ella hizo lo mismo, le puso la cadena a Jacobo, camino hasta llegar a su Jeep, volteando de vez en cuando y viendo que Raúl caminaba detrás de ella, sin acercarse mas, como salvaguardando su camino. Subió al carro y solo levantando la mano se despidió de Raúl.

Él volvió a soltar a los perros y se fue directo al carro, dejando que los perros hicieran su último recorrido. No tardo mucho en recibir un mensaje, pensando que sería de Monserrat. "Gracias por tu compañía" el número era desconocido. Solo respondió "Siempre estaré ahí".

viernes

Recuerdos.

El camino había sido largo y tedioso, pero por fin había llegado a su destino, un pequeño pueblo perdido entre la ciudad. Dejo a un lado su celular, cartera, llaves. Por un instante dejaría de existir para los demás y decidió bajarse del auto. El día no podía ser mas perfecto, el sol compasivo, ninguna nube y un mundo de árboles lo cubrían. Camino por un rato, hasta que llego al lugar, se sentó en aquella piedra enorme que tantos recuerdos le traía de su pasado. Ese pasado que no lo dejaba, y tras cada intento que daba regresaba a él. Al voltear a su derecha, la vio como si nunca se hubiera ido, con su vestido blanco con girasoles estampados, su sombrero tejido y su sonrisa invitándolo a meterse en el riachuelo que pasaba justo delante de él, como si fuera real, se levanto su pantalón, se quito sus zapatos y camino entre el agua, como si fuera tras ella, pero ella ya no estaba ahí, nunca mas estaría junto a él. Santos se quedo parado estiro un poco la mano y concentrándose para volver a sentir su tez, cerro los ojos y trato de verla pero ya no podía cada año su imagen duraba menos. Ahora después de seis años casi su recuerdo se había perdido, solo tenía una fotografía en un cajón que rara vez la sacaba.

Choro Mareador... Machismo

Sinceramente un hombre es el mas indicado para hablar de toda la sarta de idioteces que hemos inventado para suprimir, doblegar, incluso despotricar contra las mujeres, (obviamente todos sabemos de clase de hombres y mujeres conocemos y no hablo de todos y a la vez si). Bueno, desde que somos niños, nos enseñan las reglas del juego, "Un hombre no llora", "Un hombre debe casarse con una virgen", "Un hombre tiene mas derechos que una mujer", "Un hombre tal, un hombre aquello...". Para fortuna mía, crecí rodeado de mujeres, mujeres luchadoras, mujeres que criaron a sus cachorritos solas, sin ayuda del famoso REY LÉON, haragán, que espera a que las leonas cacen a su presa.

Pero este choro no es para hablar de lo maravillo que es el ser mujer o de todas sus virtudes (aunque sabemos claro! que también las lagartijas voladoras tienen sus pequeños gigantes defectos) pero eso será para otro día. El tema que quiero tratar es el machismo, y todas sus pendejadas incluidas.

1.- "UN HOMBRE NO DEBE LLORAR", ¿Quien madres dijo eso?, ¿En que versículo de la biblia viene que un hombre no debe llorar?. Les diré que aunque no me considero una persona que lloré por todo si tengo sentimientos, ¡Pero claro que lloro!, lloro cuando algo me afecta, es la forma mas fácil de sacar lo que uno tiene dentro del lado izquierdo del pecho.

2.- "UN HOMBRE DEBE CASARSE CON UNA MUJER VIRGEN". No sé ustedes, pero en lo personal prefiero una mujer que se conozca, que sepa como y donde le da placer, quiero crecer junto en lo sexual con alguien, no andar enseñando o que me enseñen soy de esa clase de hombre que prefiere CRECER junto a su pareja en todos los aspectos de la vida.

3.- "UN HOMBRE TIENE MAS DERECHOS QUE UNA MUJER" ¿A ver? ¿A ver? solo por tener pene, somos mas cabrones? No comparto esa idea y jamás la compartiré. Ambos tanto el hombre como la mujer tienen y deben tener las mismas oportunidades, derechos, y claro obligaciones para con todos.

4.- Y creo que la mas importante. Sean honestos ¿Cuantas veces has engañado a tu novia, esposa? para nosotros nos es fácil, puesto que "una canita al aire" no hace daño, pero (Aclaro) no es por defender a las mujeres, pero si te comprometes con alguien es por que ese alguien "te llena" en todos los aspectos, sino para que carajos decir ante la sociedad, "tengo novia", "me case" si todas las personas mas allegados a ti, saben que cuando ella se da la vuelta, le besas la chichi a otra niña... Eso para mi es una estafa a los sentimientos, deja los ajenos de la novia o esposa, sino los propios... tan fácil ¿te gustaría que tu padre le fuera infiel a tu madre? o si lo fue ¿Que sentiste?, ¿Te sentiste orgulloso de que fuera así?, bueno eso cada quien lo lleva dentro de si. En lo particular deteste cuando oía a mis tíos y padrastro hablar así... Mucho mas a mis amigos, pero nadie es nada para decir algo.

Tal vez sea raro y sé que hasta las mujeres dudarían de mi, pero no me comprometo con nadie si sé que perderán el tiempo conmigo y yo con ellas, es mejor decir "nos vemos luego" y jamás regresar a vivir algo que nunca debió pasar. Bueno así pienso yo.

Nuestra historia I...

Todo empezó con una llamada de Santos a Monserrat. 


- Hola amor, ¿Que crees?, estoy afuera de tu trabajo. Santos venía de ver a un cliente, así que iba vestido con traje y corbata. Sus compromisos de ese día habían terminado y como estaba cerca de donde trabajaba Monserrat, paso para darle la sorpresa e invitarla a comer a su restaurante favorito. Un lugar tranquilo donde no hay demasiada gente, esa vez ella, no eligió un restaurante conglomerado de gente, sino uno sencillo, donde pudieran platicar. Todos se pusieron de acuerdo para dejar que Santos y Monserrat puedan conocerse al fin en la total privacidad, la sorpresa de Monserrat fue tan grande, descubrir que aquella voz, estaría frente a frente. La primera reacción de Monserrat fue negarse a salir, puesto que no estaba planeado,  pudo mas su corazón y saber quien era aquel que estaba detrás de la bocina que durante tantos meses había conocido, sabía sus matices al hablar, cuando estaba contento o feliz, preocupado o enamorado, en fin… No pudo mas que decir "dame diez minutos", esos minutos fueron eternos para Santos, fumo un cigarrillo, checo sus correos,  no sabía si la atracción que había entre ellos sería real o solo se quedaría en eso, en algo mágico pero hasta ahí. Veía a cada momento su reloj para saber si ya habían pasado los diez minutos, pero el tiempo estaba en su contra, ¡No avanzaba!.

Monserrat se encontraba entro de un remolino de sentimientos, molesta un poco, porque no le agradaban las situaciones que no podía controlar, nerviosa porque diez minutos no eran suficientes para una mujer, pero su deseo por conocer a Santos pudo mas, así que entró a la oficina de José Antonio, -saldré a comer y no regresaré, ¿tienes algún problema con eso?- Antonio, que siempre tiene su mente en otro lado y poco carácter, solo pudo responderle -No hasta mañana- Así Monserrat tomo las llaves del auto, el celular y la bolsa y sin despedirse de nadie salio, justo antes de llegar a la puerta del elevador, pensó “No, no está bien” Tomo su celular y escribió un mensaje -Te amo Santos, pero no puede ser, no debemos… Porque si nos conocemos… Si te veo, me echaré a tus brazos porque muero por sentir tu piel... perdona”. Cuando estaba por enviar el mensaje, recibió al instante uno de Santos. "No te puedes echar atrás, hemos pasado varias cosas y me gustaría verte, sino funciona esto, mínimo habremos comido acompañados". Su corazón cobarde se puso valiente, respiro hondo, tomo el ascensor. Ella le mando un mensaje "¿Donde estas?", Santos… Le marco. "Hola amor, vengo con el chofer de la empresa, él nos llevará y nos esperará afuera del restaurante". Monserrat casi no queriendo le dijo si quería irse con ella y dejar al chofer que se fuera a su casa. Él acepto, despidió a Omar, saco de la cajuela un ramo de rosas y unos chocolates que había comprado, para la ocasión. 

Monserrat que había dejado el auto como siempre lejos, pensó que deberían caminar juntos o tal vez mejor primero ir por el auto y luego pasar por Santos o tal vez… como de costumbre en ella, haciendo algoritmos de decisión por cosas simples, decidió decirle a Santos que fueran juntos a recoger el auto, tomando su celular le mando un mensaje “espérame en la recepción por favor… te quiero” Así Monserrat lo vio ahí parado como un muñeco de exhibición, con su traje y corbata, con flores ¡Las favoritas de Monserrat!, los chocolates y su sonrisa de Guasón.

Ahora nerviosa e indecisa, cuando él la vio con su traje sastre gris Oxford en falda y saco, blusa blanca de seda y sus tacones de negros de 10 cm. Que la hacen dejar de ser la damita de 1.63 cm -"¡Hola!, ¿Cómo estas? Te traje esto, espero que te gusten"- Comentaba algo nervioso Santos, ella lo saludo de beso en la mejilla, Santos la saludo igual. Eran casi del mismo tamaño caminando juntos, ¿A donde iremos?, le pregunto Monserrat... ¿No lo sé?, conozco un restaurante por aquí cerca, no es muy concurrido y eso es bueno por que... Santos se quedo callado y solo sonrió, Monserrat, un poco nerviosa le pregunto si podía fumar en lo que llegaban al carro. Él le ofreció de los suyos y saco su encendedor, parándose para encender el cigarro, aprovecho para verla de nuevo, Monserrat lo vio y preguntándole que miraba, él se sonrojo, mordiéndose un labio y no dijo nada, así siguieron caminando.



Hasta llegar al coche, él le abrió la puerta del carro,  pudo percibir su perfume y se paso al asiento del copiloto. Ella se quedo callada y el igual, viéndose unos segundos. Monserrat se bajó de la cereza (Nombre que le puso a su carro) del lado de la ventana de Santos le dijo con su mejor sonrisa, conduce tu amor “por su mente paso así podré observarle” Santos (como siempre seguro de si) bajó del auto, tomó la llave y rozando ligeramente los dedos de Monserrat, ella sintió que moría por tocar la piel de la que tanto había imaginado, subieron ambos al auto y Monserrat puso I love you de Avril Lavigne con la que siempre pensaba en él, Santos se sentía observado así que encendió un cigarro pero lo tiró por la ventana casi  enseguida de prenderlo, se rió avergonzado. Solo pudo decir -¿Puedo fumar aquí?- Monserrat normalmente eso la hubiera enfurecido, pero lo vio con ternura -Tú puedes hacer lo que quieras de verdad- con su cara de tonta enamorada, él le dijo mejor fumamos después… No sabía donde meter la cara de la pena.  Se puso a tararear la canción que se le hacía conocida y para romper el hielo del momento, se le ocurrió decir "¿Entonces lagartija que estabas haciendo antes de que te llamará?", ella soltó una carcajada por que pensaba que lo de “lagartija voladora” era una cosa que no se le ocurriría decir en persona.

Monserrat comenzó hablar de lo que estaba haciendo, pero realmente Santos, no hacía caso a las palabras sino a los gestos y ademanes que hacía, en un semáforo antes de llegar al restaurante, Monserrat volteó a ver a una señora que paseaba con su perrito acompañado de su esposo, según acordaron en la comida, jugaron un rato a buscarles una historia a los viejitos, al mesero y sus amigos de Houston. Él aprovecho para verle el cuello y su cuerpo de nuevo, ahora mas detalladamente, ella volteó y volvió a cacharlo que estaba observándola, le dio muchísima pena, comentó lo primero que le trajo la mente -Cuando publicaste la propuesta de cambio de nick a MO, me moleste de verdad y ahora que me dices lagartija voladora en mi cara, ¡Creo que quiero ahorcarte!- lo dijo sumamente seria, él puso de nuevo su cara de inocente pero ella se rió tanto que él se dio cuenta que estaba jugando, y así llegaron al lugar donde comerían. Esa broma de Monserrat hizo que se relajarán un poco, hablaron como si jamás se hubieran visto, hablaron en su vida, de sus trabajos, de Pac, de Susana, de Rene, de Susy, de Mar y Sol, de Chely, del ambiente que se vivía en Houston,  se sentía el nervio de ambos, se volvieron a preguntar de todo lo que ya sabían, con cada pregunta se hacía más amena la conversación. Hasta que al fin llegaron al restaurante, el conociendo sus gustos la llevo a Casa Ávila en Insurgentes. Se bajo abrirle su puerta y tomando su mano, para que bajara del auto, el valet se llevo el carro, no sin antes preguntarle a Monserrat sino tenía algo de valor dentro. De ahí hasta la entrada no se soltaron, la edecán tenía reservada la mesa para ambos y así pasaron.

La comida duro menos de lo que esperaban, pero ya estaban mas tranquilos, él no dejaba de verle los ojos, sus risas, y su cabello, aprovechaba cada momento para tocarla. Al fin llego el momento, era o irse cada quien a su casa o ir a la Casa de Monserrat o de él, -¿Quieres acompañarme a mi casa?- dijo ella, un poco tímida, sin querer incomodar, -No- Dijo Santos, con cara seria dijo -¡No puedo negarme!-Se hizo un pequeño silencio y los dos rieron nerviosos, en el camino a casa de Monserrat, Santos preguntó si había algún problema por ir, ella respondió no a esta casa.... entonces él le dijo si deseaba que compraran un vino, ella acepto, pidiéndole que él lo eligiera, sabía que conocía de vinos y pasaron a comprar un vino, mejillones, queso de cabra, angulas y uvas para acompañar la velada...



El se detuvo compró otra cosa que ella no vio y desde el restaurante hasta ese momento sus manos no se habían separado. Se subieron al auto y Santos, le pregunto si podía quitarle una cosita que tenía Monserrat en el rostro, ella acepto y él aprovecho para que con ambas manos taparle los ojos y darle un pequeño beso en sus labios, ella se sorprendió por que no lo esperaba, el despacio se separo de ella, le quito las manos de su rostro, ambos se quedaron callados pero ella lo vio a los ojos, solo se escuchaba la música de fondo, ella solo sonrío, le tomó el rostro y le susurró al oído algo que él no alcanzó a escuchar, Monserrat dijo de nuevo -Gracias por ser real- podían escucharse sus corazones acelerados, tan emocionados y felices, por alguna razón ya no podían separarse un instante eran como imanes.

Monserrat le indicó por donde llegar a su casa,  en el camino charlaron de su afición por Houston, de todos los que conocían en común, Santos le contó de cuando conoció a algunos de los miembros, así se hizo súper breve el camino y cuando llegaron a la casa de Monserrat, el conserje abrió la reja, a Santos le costó trabajo estacionar el auto porque era un estacionamiento complicado pero para el descanso del alma de la pobre Monserrat  todo sin problema, surgió un silencio un poco incomodo. Monserrat le contó a Santos la historia del conserje del edificio, el Sr. Morelos (como todos le dicen por el paliacate en la cabeza) Contó que es un señor que trabaja tanto lavando autos y arreglando cosas de los departamentos, pero que es un ganador, porque tiene cáncer y no ha sido un impedimento para dejarse caer, Monserrat pensó en lo mucho que admiraba a Santos igual. Bajaron del auto, ella por alguna razón se bajo primero que Santos, cuando el todavía estaba saliendo del coche, ella abrió la cajuela y por el poco espacio él se puso detrás de ella, ella al sentirlo se junto un poco quedando solo la ropa como estorbo para lo que tal vez iba a pasar mas adelante, él al no sentir algún rechazo, le tomo de la cintura y le beso el cuello, así estuvieron unos minutos hasta que el Sr. Morelos, los interrumpió para saber si todo estaba bien por que no conocía a Santos y temía por Monserrat, ella le respondió que todo estaba perfecto y después de unas pequeñas risas, pasaron al departamento.



Ya en el departamento, Monserrat se disculpo con él y le dijo que iría a ponerse mas cómoda, por que ya no soportaba las zapatillas y el traje, desde su habitación le grito a Santos donde estaban la copas, el como siempre impaciente, ya estaba buscando el plato para poner la botana y tenía el vino abierto para que respirara, Monserrat se estaba tardando un poco, él le pidió permiso para pasar a su baño. Mientras pasaba esto seguían platicando de todos los de Houston, quien les agradaba... Cuando salió de ahí, ella ya estaba cambiada, se había puesto un pants blanco y una sudadera de cierre, ella le dijo que se pusiera mas cómodo, él respondió que si podía ayudarle con su corbata, ella lo acerco jalándolo de la misma y poco a poco le fue quitando la corbata, dejándola en la sala, le desabrocho el primer botón, Santos con sus manos la tomaba de la cintura y acariciándola sentía ahora su piel,  Monserrat se puso un poco nerviosa y pregunto si necesitaba algo y solo así pudo contenerse, para sentirse que tenía todo calculado, Santos solo movió la cabeza en forma de negación y sonrío.

Monserrat le pregunto si quería conocer el departamento, algo pequeño. Pensó mostrarle primero la cocina desértica por que nadie preparaba alimentos, pero que estaba bien diseñada, una de las habitaciones que ocupaba mas como inmenso armario, la otra, su habitación donde lo primero que ves es la colección de bolígrafos que coleccionaba desde que viajaba, eran su principal souvenir, la estancia y la linda vista que tiene desde el tercer piso, al parque de en frente, Monserrat le contó que desde esa vista, una linda noche de viernes 24 de febrero, ella decidió después de muchos dia de persecución de Santos, aceptar que le encantaba que no podía dejar de pensar en él y mirando ese horizonte pensó decirle si a una loca aventura, Santos le pregunto si fue cuando se mandaron como 50 mensajes... Ella solo sonrió y encogió los hombros como dándole al entender lo que el quisiera entender.

El le ofreció una copa de vino y así por primera vez en mucho tiempo estaban viéndose a los ojos. Escuchándose, riendo de las aventuras de ambos de sus respectivos viajes. En eso sonó el celular de Santos, era su jefa, pidiéndole unos datos, él aprovecho para decirle si podía pasar Omar por él (El chofer), Monserrat lo vio, esperando a que colgara. Ella solo le dijo "¿eres muy cotizado, verdad?" el solo sonrió y le dijo que no lo era, pero que su puesto era importante en la empresa, en todo este trayecto ya no tenían un pretexto para besarse en cualquier momento, él ya se comenzaba a sentir un poco acalorado y Monserrat le dijo que no era necesario que pidiera que pasaran por él porque si quería podía llevarse su auto, o mejor aún quedarse y estar con ella en un amanecer como un dia lo prometió, Santos se incomodó un poco,  tal vez pensó en lo que podía pasar si se quedaba. Monserrat se dio cuenta de que estaba preocupado -no hay problema estas horas a tu lado compensan todo tu plan de cotizaciones- dijo ella alegre y seria al mismo tiempo.



Monserrat preguntó abrazando a Santos por el cuello si deseaba pasar la noche con ella, el respondió lo deseo desde que te escuche por primera vez, solo temo que sea la única vez que suceda, esto se lo dijo mirándola a los ojos, ese momento con ella había sido algo realmente hermoso, no sabia si había cometido un error al dejarla entrar en su vida y mas al estar en ese momento con ella. Ella desde un principio le había puesto las cartas sobre la mesa y eso había logrado que el corazón valiente de Santos se pusiera cobarde. Él ya se había apropiado de la cintura de ella, solo la jalo hacia él lo mas cerca y abrazándola, le dijo "te amo", así comenzó de nuevo el juego de los besos, el ahora no se detendría, no podía, ni quería. Paso sus manos por su espalda debajo de su sudadera. Monserrat se contuvo un poco y le pidió un minuto, no estaba lista aún, sentía que debía ser muy especial ese momento, así que dejando un poco aturdido y desconcertado a Santos, entro a la recamara se vio al espejo de pared y se pregunto “¿Qué estas haciendo Monserrat?, ¿Que vas a hacer? pero Monserrat respiro hondo, se sonrió al reflejo del espejo con una sonrisa tierna, sensual y segur, así se quito la ropa, se analizó, pensaba gustarle, sacó un conjunto negligé cereza y negro, se lo probo, pensó en que no estaba mal pero que tal vez no le gustaría a Santos, así daba vueltas pensando como ser mas linda para el momento, hasta que encontró algo perfecto, un conjunto, una blusa blanca, tan sutil que parecería una segunda piel y un pequeño short del mismo color, se vio al espejo de nuevo, salio de la recamara y entonces Santos. Al verla quedo pasmado, se enamoro de su cuerpo, solo pudiendo decir “Que hermosa eres”, ella sonrió sonrojada – Temo que no te guste – mirando tímida hacía el piso. Ella tomo el vino y las copas y lo invito a pasar a su alcoba, cerrándose la puerta después de ellos.



Lo que sucedió dentro de la habitación solo Monserrat y Santos lo saben.




Escrito hecho por Mo y Sr. Malo.


Feliz Mes cosa.