martes

Inicios...

Recuerdo muy bien mi primer encuentro con la amiga de mi madre. 

Se llama Elizabeth, una señora 9 años mayor que yo. Desde que tengo uso de razón me atraía, es una mujer pequeña no pasa del 1.60 de estatura, de un cuerpo atlético, delgada, de ojos negros muy expresivos y ceja poblada, su rostro siempre mostraba sobriedad, rara vez la vi levantando la voz o decir alguna mala palabra, sus senos eran chicos pero firmes, pequeños pezones rosados y piel blanca como la leche. Un culo redondo pequeño y sin ningún bello en su cuerpo, la admiraba porque era la mujer decidida, que luchaba por tener a sus hijos en buenas escuelas, bien vestidos, pero sin llegar a descuidarse ella misma. Y como alguna vez me comento y jamás lo he olvidado "Nunca se es necesario tener una pareja a tu lado para ser feliz" Siempre la veía bien vestida, aun en domingo.
 
Eli siempre me cuidaba mucho y consentía en lo que deseaba. Me abrazaba y acariciaba la espalda o el cuello, sus muestras eran mayores cuando no la veía nadie, metía su mano por debajo de mi playera y acariciaba toda la espalda y la cintura, llegando casi a mi vientre. Cuando la conocí ya tenia dos niños pequeños, Julian y Mafer.

Un día al salir de la escuela, vi que estaba afuera, obviamente fui a su encuentro, le pregunte el porque estaba ahí, respondiéndome que mis padres se tuvieron que ir, llevándose a mis hermanos con ellos y regresarían el domingo por mi. O sea que pasaría 3 días con ella. Creo que todo se conjugo para que pasara lo que estoy narrando. Al llegar a su casa, pregunte por sus hijos, seriamente me dijo que su padre había pasado por ellos. Apenado le pedí perdón pues sabia que ella ocupaba sus fines de semana sin sus hijos para atenderse o irse algún spa. Cuando escucho mi disculpa, volteo lentamente y viéndome a los ojos, me dijo "no eres ningún estorbo, mañana saldremos temprano a Ixtapan de la sal..." quedándose en silencio unos segundos "quiero que nos atiendan como nos lo merecemos". Me dejo en la sala y subió a cambiarse, a esa edad ya tenia toda la hormona a mil y estando con ella, era obvio que mas!

Me dijo que iría a cambiarse pues estaba cansada de los tacones y esa ropa, realmente tardo en bajar "ya tienes hambre" me pregunto cuando estaba bajando por las escaleras. Con voz bajita le respondí que si, levantándome del sillón para ayudarla. Mi sorpresa fue magnifica cuando la vi solo con una bata tipo seda roja, sus pantuflas y su cabello que le llegaba a la espalda recogido tipo cola de caballo. Su bata le llegaba a la mitad de sus muslos y fue la primera vez que pude verle sus piernas al descubierto. "Te ayudo" le pregunte temeroso viendo como peleaba por bajar algo de su alacena, "Bueno, esta bien, pásame el frasco de mermelada" me ordeno, verla de puntitas y ver como su bata subía mas me tenia paralizado. Me dio espacio para bajarle el frasco, aprovecho el momento en que tenia levantado el brazo para pellizcarme "aaay!" solté una carcajada, ella me regalo una pequeña sonrisa. "Te esta cambiando el cuerpo, pero sigues siendo un niño" dijo, mientras untaba mantequilla en un pan que freía, cuando le pase la mermelada sin querer pude ver que no llevaba bra, con el movimiento de su cuerpo se abrió un poco el escote de su bata, justo dejándome ver su seno, hasta ver su pezón que estaba en ese momento parado, no supe si por el clima que estaba haciendo o porque le excitaba esa situación. En su cocina tenia una pequeña barra donde nos sentamos a comer, cada uno tenia su plato con dos panes horneados y un vaso de leche, "al rato comeremos bien" me dijo, ella no se inmutaba de su bata que en ese momento ya tenia una abertura mas larga, podía ver la división de sus senos, casi hasta el ombligo, Eli me hacia preguntas de mi escuela, del equipo de futbol, hasta que llego el tema de las chicas, quedándome callado, pues ella bien sabia que era muy inexperto para no llamarlo muy tonto para conseguir novia. Terminamos de cenar, tomo mi plato y el suyo para ponerlos en el fregadero. Me sirvió mas leche y me invito a la sala para ver una película, ya que no pasaban de las 7 de la noche.
 
Ella se acomodo en el sillón dejando su bata entreabierta, me era incomodo voltear a verla cada vez que me hacia una pregunta y ver su piel. Sabia muy bien como seducirme. Eli cambiaba a cada rato de programa no había nada interesante, llego un momento que se molesto "te importa si ponemos una película" al responderle que no, se levanto dejándome ver sus pechos y el movimiento que hicieron cuando se levanto a buscar una película. El mueble donde tenia sus películas estaba del lado derecho del televisor. Cuando buscaba la película, me dejaba ver su trasero, como les dije, no era un monstruo de trasero, sino uno pequeño bien formado, casi me da un infarto cuando se comenzó agachar para buscar películas, su bata se levanto al punto para ver el inicio de sus nalgas. 
 
"¡La encontré!" volteo a verme con una sonrisa que me marco toda mi vida. La puso en el DVD y se sentó junto a mi, su hombro derecho quedo justo con mi hombro izquierdo. "Esto te ayudara con las niñas" me dijo casi al oído. Para escuchar mejor baje la cabeza, sin cerrar los ojos, vi que ya descaradamente sus piernas estaban al descubierto, la bata ya no le cubría nada. La separación de bata iba de su busto, hasta su pubis que estaba cubierto por una panty blanca, pasando por un pequeño ombligo en forma lineal. El cinturón con el que amarraba su bata estaba ya muy flojo y caía sobre su cuerpo.  

Yo seguía viendo su cuerpo, ella con su mano levanto mi rostro girándolo en dirección al suyo. Cerré los ojos, quería sentir todo en ese momento pero, a la vez, me pasaban por la mente, todos esos comentarios, pláticas de mis amigos acerca del sexo, con sus dos manos tomo mi rostro y sutilmente me dio un beso, ella era quien marcaba el ritmo y la forma.
 
 "Quiero ser yo quien te enseñe a amar y llenar de placer a una mujer" me dijo soltando otro pequeño beso. "Paso uno; la mujer con la que estas en ese momento, es lo único que debe importarte" mientras decía esto se colocaba en mi, sentándose sobre mi "Paso dos; jamás dejes de mirarla, no es un trofeo" decía y actuaba... besaba mi cuello, después de cada beso, soltaba una palabra. "Paso tres; hazla sentir tuya" tomando mis manos y ella misma se las puso en sus caderas. Por intuición comencé a acariciar su cintura, de poco en poco comencé a tener mas confianza en mi y mis manos ya no solo se dirigían por su cintura, comenzaba a pasar mis manos por su espalda, abrazándola por momentos. En un momento baje una mano por su trasero, al sentirlo ella, me tomó del cabello y mordió un labio. Supuse que iba por buen camino.
 
 Elizabeth, paso de recorrer mi cuello a acariciar mi pecho y con ambas manos tomo mi cinturón y lo quito, en ese momento el tiempo se detuvo, recorrimos un par de minutos en horas, desabrocho el primer botón y bajo el zipper, sabía como seducir.  Metió sus manos debajo de mi playera, pasando por mi abdomen y pecho. "Tu madre me mataría si supiera que estoy haciendo, pero desde hace tiempo... no dejo de verte como el hombre en que te estas convirtiendo" sonriendo lo decía. Tomo mi playera y me ayudo a quitármela. Al verme con el torso desnudo, se tapo los ojos y mordió su labio. Quise quitarle su bata en ese momento, pero Elizabeth me detuvo... "Gánatelo" sin taparse, pero sin quitarse su bata. Eli volvió a tomarme del rostro regalándome varios besos en los labios, besaba cada parte de mi cuello, dejando sus manos en mis hombros empezó a besar cada vez mas abajo, empezando por mis hombros, daba dos pequeños besos y besaba otra parte. Cada movimiento que daba, me hacia recostarme en el sillón. Me paralice cuando empezó a besarme el abdomen, empezaba abajo del pecho y terminaba donde empezaba mi boxer, sus manos se detenían en mi cintura o en mis muslos. Verla arriba de mi, ver sus pequeños senos. Mis manos acariciaban su cuerpo, verla en esa posición, ya no podía más. Mis dedos, empezaron a tocar sus senos, recorriéndolos por completo, con dos dedos, trazaba la silueta de su pezón. No supe que hice, pero Elizabeth soltó un pequeño gemido. "Vas aprendiendo" me dijo, volviendo a mi boca, su pubis estaba en medio de mi pantalón, solo nos separaba su pequeña panty y mi boxer, era lógico que ella sintiera mi erección en medio de sus piernas, con pequeños movimientos de arriba hacia abajo, empezó a bajarme mi boxer "Qué tenemos aquí?", sentándose, con un dedo tomaba el elástico del boxer y lo jalaba hacía ella, lo hacía con una alevosía que me llenaba de placer.
 
Como pude logre zafarme los tenis, Elizabeth al oír que caían, volteo y pude volver a contemplar ese cuerpo, su piel blanca, su bata que se colocó a un costado de su cuerpo, dejándome ver toda la piel desnuda de su cintura, no sé porque pero si ella no hubiera sabido llevar la situación, me habría vuelto loco por ella por mucho tiempo. “¿Qué haces?” me pregunto levantando su ceja “Nada, me estorbaban” respondí inocentemente. “Jamás pensé que podría gustarme tanto un puberto como tú" y volvió a besarme.

Ella era la que en cierta medida abusaba y gozaba, sus manos dirigían a las mías, poniéndolas detrás de mi nuca y a su vez ella con sus palmas recorría mis brazos, mi espalda y mi cintura. Con sutil autoridad jalo mis pantalones dejándolos en mis pantorrillas, mi bóxer poco a poco lo fue bajando. Aún recuerdo como con su mano medía mi miembro “sobrepasaste la expectativa” dijo, ya para ese entonces mis manos acariciaban su espalda y jalaban su bata para poder ver la pintura que hacía su trasero con esa pequeña tanga que traía puesta. con su mano jugueteaba con mi pene y su boca recorría mi ingle, mi pubis, hasta que llego lo tan anhelado. comenzó a dar pequeños besos en el tronco hasta bajar a mis testículos, era la primera vez que alguien hacía eso y no sé si por falta de experiencia o por miedo, solamente cerré los ojos, volviendo a poner mis manos sobre mi nuca y comencé a sentir lo que hacía, hasta que decidió que era momento para otra cosa. 

Se levanto del sofá y yo incorporándome junto a ella, Eli, solo me detuvo, no quería que me levantará del sofá, con suma delicadeza comenzó a soltar su bata, dejándola caer sobre el piso, quedando en su pie derecho y con un pequeño movimiento la aventó por el piso. Siempre mirándome a los ojos, sus pulgares jugaba con su pequeña tanga blanca...

No hay comentarios: